NUESTRA DOBLE NATURALEZA: HUMANA Y DIVINA (3 de 4)

Para afrontar situaciones difíciles, y en general al vivir cualquier tipo de experiencia, movilizamos las capacidades humanas más notables como pueden ser la inteligencia, la voluntad o la imaginación, es decir, ponemos lo mejor de nosotros como seres humanos, pero aun así muchas circunstancias nos desbordan.

¿Y si fuésemos capaces de ocuparnos de esos mismos acontecimientos contando con la esencia divina que somos? Dicho con otras palabras: Ante una situación que requiere de una respuesta, estar capacitados para movilizar lo óptimo de nuestra naturaleza humana al tiempo que la porción de sabiduría divina ya activada en nosotros.

En estos momentos del proceso evolutivo humano este modo de actuar no es posible y queda reducido a mera teoría, ya que la mayor parte de las personas solo reconocen su dimensión física. Únicamente aquellos que han encarnado con un cierto nivel de iniciación o de maestría están conscientes de su doble naturaleza humana y divina. Leer mas

LA AUTÉNTICA NATURALEZA DEL SER HUMANO (2 de 4)

Comentamos en el artículo anterior que la humanidad ha vivido situaciones de alta dificultad en el pasado, y aunque disponemos de las capacidades del cuerpo físico y de las facultades de la mente, en muchas ocasiones nos sentimos impotentes al ver que no podemos hacer nada para solucionar ni para revertir las consecuencias de esas adversidades. Parece que estamos a su merced.

Este sentir empieza a cambiar tan pronto como el ser humano toma conciencia de que su verdadera naturaleza es algo más que materia. Desde ese instante intuye que su mejor respuesta a cada experiencia que la vida le presenta no procede de su dimensión material, sino de su esencia divina.

Hay muchas personas que creen en la existencia de un Ser supremo al que denominan Dios, Conciencia Infinita o con otros nombres. Se le atribuye un poder infinito, y con esa inmensa capacidad seguro que le es muy sencillo encontrar la solución a cualquier tipo de dificultad. Leer mas

LA HUMANIDAD VIVE MOMENTOS DIFÍCILES (1 de 4)

La humanidad vive momentos difíciles. Esto es conocido por todos nosotros y ya ha ocurrido otras veces en la historia del ser humano. En el pasado hemos sufrido diversos acontecimientos que causaron un fuerte impacto y alteraron intensamente el modo de convivencia establecido. Recordemos las dos guerras mundiales, la pandemia originada por la peste negra, y otros sucesos más.

Después de cada una de esas tragedias, con mayor o menor esfuerzo, los seres humanos retornamos al esquema de vida existente antes de esa situación adversa: Igual sistema económico; idénticas relaciones sociales; mismo trato al mundo animal, a la tierra, a sus recursos, etc. Es decir, ninguno de esos sucesos impactantes que tanto sufrimiento había provocado logró tocar el alma de las personas con la profundidad suficiente como para motivarlas a un cambio de vida.

Existe una gran diferencia entre las crisis anteriores y la que ahora vivimos. La actual es una crisis que anuncia el final de una larga etapa del proceso evolutivo humano. Tras ella nada volverá a ser como antes. Leer mas

¿CON QUÉ AYUDAS CONTAMOS PARA CREAR LA NUEVA SOCIEDAD?

Es muy probable que el camino que sigamos para crear la nueva sociedad sea similar al que se expone a continuación. Como esta andadura va a comenzar en un momento muy cercano en el tiempo, vamos a hablar de ella en presente, como si estuviese sucediendo hoy.

Tras el despertar general de los seres humanos, algunos sentimos una llamada interior que nos motiva a comprometernos en la creación de un nuevo modo de convivencia. Este estímulo procede del alma en forma de una energía poderosa que llena a la persona de entusiasmo y de seguridad en sí misma. Entonces comprende que se halla ante una tarea esencial, tal vez la más importante de su vida.

Además de ilusión, todo proyecto requiere de los elementos que lo hacen posible: capital, colaboradores adecuados… Igual sucede en el caso de la creación de la nueva sociedad, pues aunque se trata de un propósito del alma, también se necesitan medios para llevarlo a buen fin. ¿Con qué ayudas concretas contamos?

LAS PERSONAS COMPROMETIDAS

Los cimientos del plan, aquello que le va a dar solidez y garantías de realización, es el compromiso de las personas que lo llevan a cabo. Ellas constituyen el alma del proyecto. Leer mas

EL DOBLE PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA EN LA TIERRA

En las diversas vidas de su proceso evolutivo, cada ser humano vive multitud de experiencias de las que su alma extrae la sabiduría que contienen. Con el paso del tiempo la sabiduría que el alma custodia llega a ser más o menos elevada, pero permanece oculta para la persona hasta su despertar, momento a partir del cual puede hacer uso de ella.

Este artículo va dirigido especialmente a quienes, tras su despertar, decidan participar en la creación de un modo de convivencia diferente al actual, una Nueva Sociedad.

Las personas despertarán con diversos niveles de conciencia, y esto motivará que se vivan momentos de cierta confusión. La identificación tan elevada que el ser humano tiene con su naturaleza humana, será un obstáculo para que pueda comprender lo que le está sucediendo. Sin embargo, muy pronto empezará a vivir en consonancia con esa sabiduría que le transmite nuevas directrices para conducir su vida.

En el exterior, en el ambiente que le rodea, la persona podrá ver desconcierto, disparidad de opiniones, incluso tensiones, mientras que en su interior sentirá como nace una energía nueva, distinta a todas las que antes experimentó. Es una energía que no fluctúa, y aunque es poderosa, posee esencia de paz. No se impone y permanece en calma a la espera de ser acogida y tenida en cuenta.

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LA DIMENSIÓN DIVINA DEL SER HUMANO  (4 de 4)

Los maestros y seres realizados nos revelan que somos una extensión de la esencia del propio creador. ¿Hay algo en mí que me anuncie o muestre, aunque sea mínimamente, que tengo esa cualidad celestial de la que ellos hablan?

Yo, como la mayoría de las personas, vivo identificado con mi cuerpo físico y eso es lo que siento que soy y lo que me proporciona felicidad o sufrimiento. Si mi cuerpo está sano y mi mente en paz e imaginando un presente y un futuro agradables, soy feliz. Si algo de esto se altera mi felicidad menguará o desaparecerá, y es muy probable que su lugar lo ocupe el sufrimiento.

A menudo me noto limitado y muy poca cosa y, a decir verdad, no siento ninguno de los extraordinarios atributos que deberían darse a conocer por gozar de naturaleza divina. Es un estado que no tiene cabida en la realidad que vivo cada día, y más bien parece un sueño, una ilusión…

Por otra parte, si miro el comportamiento que tenemos los seres humanos, lo que hacemos, decimos o proyectamos, nuestras relaciones… en nada de ello veo atisbos de la esencia divina que nos atribuyen. ¿En qué puedo apoyarme para averiguar si está en mí aunque aún no se muestre? ¿Con qué cuento?   Leer mas

LA DIMENSIÓN DIVINA DEL SER HUMANO (3 de 4)

Cuando se produzca el despertar colectivo humano cada uno será guiado por su naturaleza divina, al tiempo que su naturaleza humana irá perdiendo protagonismo de forma progresiva y apreciable.

¿Es posible conocer ahora, en estos momentos previos al despertar, alguna de las cualidades de la esencia divina que nos constituye?

Es muy significativo que hablemos de “nuestra” naturaleza, reconociendo de este modo que ya la poseemos aunque aún no seamos conscientes de ello.

Al centrar la búsqueda en el interior y dejar de hacerlo fuera lo primero que surge es un profundo sentimiento de respeto, admiración y amor de cada uno a sí mismo al reconocerse como portador de un gran tesoro. Uno se convierte en su mejor amigo y se percibe más Leer mas

LA DIMENSIÓN DIVINA DEL SER HUMANO (2 de 4)

En el artículo anterior recordamos nuestra doble naturaleza, humana y divina, lo que significa que somos una extensión infinita de la esencia del propio creador. La dimensión divina —su condición espiritual— es innata en el ser humano, pero no se puede conocer a través de los sentidos o de la mente, lo que nos lleva a dudar de que seamos portadores de las elevadas cualidades que se suponen en un ser divino.

El contenido de ese primer artículo es útil porque nos prepara para una experiencia que vamos a vivir en un momento cercano, el despertar a una nueva conciencia. En ese instante nos damos cuenta de que somos naturaleza divina y de la sabiduría que albergamos en el alma.

Entonces comenzamos a percibir que el propósito que tiene la vida es diferente al que hasta ahora hemos creído, y ese nuevo sentir trae consigo una transformación sustancial de la escala de valores de una parte de la humanidad. Leer mas

LA DIMENSIÓN DIVINA DEL SER HUMANO (1 de 4)

En el ser humano existe una doble naturaleza, física y divina. La dimensión física es limitada, y en ella englobamos, además del cuerpo terrenal, todo aquello que de algún modo puede ser percibido con la mente o con los sentidos, como sus acciones y palabras. Asimismo corresponden a este ámbito material los pensamientos, emociones y sentimientos, ya que tienen un reflejo en el cuerpo físico.

Por ejemplo, cuando sentimos una emoción, y más si es intensa, el ritmo cardíaco puede verse alterado. De manera similar, al experimentar un pensamiento de paz las ondas cerebrales alcanzan estados de armonía. Todo esto corresponde a nuestra dimensión material, expuesta aquí de un modo muy sencillo al ser algo que todos conocemos de sobra.

También gozamos de naturaleza divina, lo que significa que poseemos las perfecciones que son inherentes al creador, como su sabiduría, su amor… Dicho de otro modo, el ser humano es una extensión de la esencia infinita del propio creador.

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TUS HERMANOS (5 de 5)

De la fuerza creadora, la conciencia infinita, llega un último mensaje con el que se cierra este breve conjunto de cinco artículos.

En el artículo anterior, yo, la conciencia infinita, te anuncié que después de tu despertar iniciarás un proceso de conexión conmigo que tras un tiempo te llevará a sentir que no hay diferencia entre tú y yo, pues somos uno y lo mismo.

Ahí en la tierra dispones de elementos de trabajo para recorrer la primera etapa de ese camino. Otros seres antes que tú ya lo transitaron y han dejado señales de ayuda. Yo, ahora, te muestro cómo avanzar rápido y seguro para alcanzar la meta: Cuando des un paso en el camino que te trae de vuelta a mí, piensa que yo estoy en cada uno de tus hermanos.

Te digo: Maravíllate de cada uno de ellos, cómo son, lo que hacen, la manera de afrontar sus dificultades, sus vidas, cómo buscan lo mismo que tú, ser felices. Respétalos y apóyalos siempre y ámalos en todo momento.

Esto no es contrario a que si en algún momento crees que sus acciones le dañan a él o a otros, se lo digas. Díselo con respeto, aunque con firmeza si ese fuese el caso. Pero recuerda que en cada uno de tus hermanos existe la misma sabiduría (tal vez aún dormida) que está en ti. Leer mas