CategoriaProceso evolutivo

E L   A L M A   H U M A N A

Cuando queremos expresar que algo es muy relevante y tiene un valor singular, no en términos de economía sino por su propia naturaleza, utilizamos expresiones como “tiene alma”, “tocó mi alma” u otras similares. Así lo hacemos, por ejemplo, al escuchar un sugestivo poema o al admirar un hermoso paisaje. De este modo transmitimos que el poema o el paisaje poseen profundidad y son de valor inestimable.

La palabra alma, referida a un ser humano, significa algo que es consustancial a su esencia, un misterio que trasciende nuestra capacidad de comprensión actual. Para acercarnos a ella vamos a ver cual es su cometido en el proceso evolutivo y cómo desempeña esa tarea.

Aunque su grado de complejidad es muy superior, consideramos que un ser humano puede quedar definido por la suma de tres realidades que se expresan en tres niveles diferentes.

PRIMER NIVEL

En su realidad más elemental, su naturaleza material, un ser humano es la suma de su cuerpo físico y su personalidad. Comienza su evolución en la tierra como un ser primitivo, guiado únicamente por sus instintos básicos y con la intención de lograr lo que desea sin tener conciencia de si sus actos dañan o benefician a otros.

En sus siguientes vidas, en cada una con una personalidad y un cuerpo diferentes, vive múltiples experiencias que desarrollan en él diversas cualidades, aunque muchas de ellas permanecen veladas con el fin de que no le condicionen y pueda continuar su aprendizaje. Leer mas

ESENCIA DIVINA

Todo lo que existe ha sido creado por Dios: lo palpable y aquello que es etéreo; lo manifiesto y también lo que se escapa a nuestros sentidos. Así lo revelan las religiones, los profetas y avatares, los místicos y los seres que ya han logrado la realización. Añaden que todo lo creado tiene la misma naturaleza que el Creador: esencia divina. ¿También la tenemos los seres humanos? Nos dicen que sí, que en nuestro interior residen los mismos atributos de Dios: inteligencia, felicidad, sabiduría y amor, todos ellos en grado supremo.

(Recuerda que tú no estás leyendo ni yo escribiendo, sino que es la misma esencia divina en ti y en mí la que escribe y lee).

Entonces, si todo tiene esencia divina, ¿por qué yo no la percibo en mí? ¿Cómo es que a menudo me siento de mal humor, herido por lo que otros me dicen o preocupado ante las dificultades que la vida me presenta? ¡Es imposible que yo posea la misma naturaleza de Dios, un ser con infinito poder y sabiduría! Por más que lo pienso no encuentro la manera de conciliar lo que dicen los santos y maestros y la realidad que vivo cada día.

¿Y si le pregunto al propio Dios…?

“Dios, aunque yo no lo aprecie así, escucho decir a los sabios que todo lo que existe posee tu misma naturaleza divina. Realmente no sé muy bien quien soy, pero tengo claro que vivo limitado y con temor. Perdona que te lo diga con toda crudeza, pero cuando miro a mi alrededor no veo tus huellas, pues a menudo encuentro confrontación, sufrimiento, desesperanza…, todo lo contrario del inmenso amor que te atribuyen. Si puedes decirme algo que lleve la paz a mi corazón, gracias. Te escucho”

Al instante recibo su respuesta: Leer mas

EL DESPERTAR DE LA HUMANIDAD

Diferentes voces, algunas ahora y otras en tiempos pasados, nos anuncian un despertar de la humanidad. ¿A qué se refieren con la palabra despertar? ¿Acaso estamos dormidos?

Observando el recorrido realizado en nuestro proceso evolutivo vemos que comenzamos como seres primitivos y que, tras miles de años de andadura, hemos logrado desarrollar a un alto nivel muchas de las áreas de nuestra vida. La tecnología que hemos creado hace posible que conectemos con otras personas de modo casi instantáneo aunque ellas se encuentren en lugares muy alejados del nuestro. Incluso podemos vernos y sonreírnos mientras hablamos y, si nos apetece, enviarnos un beso. Igualmente es fácil viajar de un lugar a otro del planeta de forma cómoda y rápida.

¿Y qué decir de nuestros hogares? Sin duda son mucho más confortables que las cuevas o chozas de aquellos lejanos tiempos. Con solo pulsar un botón o mover una palanca podemos disponer de agua abundante para nuestras necesidades, iluminar una estancia o acondicionar su temperatura. Visto así, en la distancia, se trata de conquistas prodigiosas, casi auténticos milagros. ¿Hemos conseguido materializar un gran sueño que en aquellos lejanos tiempos no pudimos ni siquiera imaginar?

Estamos en los primeros meses del año 2020 y ha surgido una crisis que afecta, en mayor o menor medida, a toda la humanidad. Hablamos del covid-19, un virus que se trasmite de modo silencioso de unas personas a otras provocando que algunas enfermen y que un pequeño porcentaje muera. Además de la amenaza que el virus supone para nuestra salud, las medidas para erradicarlo han desordenado nuestras vidas en multitud de aspectos, hasta el extremo de no saber si seremos capaces de encontrar el equilibrio. Leer mas

EL CLUB DE LOS GUERREROS

El Club de los Guerreros es muy singular, diferente de todos los otros tipos de clubes que existen. La persona, mujer u hombre, que desee pertenecer a él no necesita cumplir alguna condición, ni siquiera ha de pagar una cuota periódica, pues se trata de un club sin normas ni estatutos que incluso carece de una junta directiva que supervise a los miembros. Uno se hace socio cuando así lo decide, y desde ese momento es miembro de pleno derecho. 

¿A qué se dedica un integrante de El Club de los Guerreros?, simplemente a manifestarse como un guerrero. Solo eso: está muy atento para vivir todas y cada una de sus experiencias como un auténtico guerrero. Veamos primero qué significa ser un guerrero.

Desde la antigüedad, cuando vivíamos en cuevas o en pequeños poblados, un guerrero era un varón joven, ágil y fuerte, al tiempo que hábil en el manejo de las armas. En los primeros tiempos las herramientas para el combate tal vez fuesen las varas y estacas, hondas para arrojar piedras a gran distancia, y algunas más. Estas armas se fueron sustituyendo por otras más eficaces como lanzas, espadas, o arcos y flechas.

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EL PODER DE NUESTRAS CUALIDADES

Los seres humanos disponemos de todos los atributos necesarios para afrontar cualquier acontecimiento que la vida nos presenta. En nuestro interior está la fuente de la que mana armonía, confianza, bondad, fortaleza, paz. Estas cualidades, y otras muchas, forman parte de nuestra naturaleza. Nada ni nadie nos las puede entregar, ninguna creencia o religión, ningún libro o conferencia, ni tan siquiera un ser de elevado nivel espiritual. Lo que sí pueden hacer estos medios es ayudarnos a comprender que ya poseemos esas facultades y la manera de sentirlas. 

Imaginemos que tenemos una semilla del fruto de un nogal. En la naturaleza de esa semilla está el potencial para convertirse en un hermoso árbol que podrá dar frutos y albergar vida, insectos, pájaros, ardillas, etc. Para ello la nuez precisa de unas condiciones especiales como son un terreno fértil, agua y otros cuidados, pero el fruto no florecerá si lo mantenemos encerrado en un tarro de vidrio, impidiendo que germine y crezca.

Al leer lo anterior surge una pregunta, ¿cuál es la razón de que los dones que constituyen nuestra esencia permanezcan latentes y no podamos servirnos de ellos? Los obstáculos que les impiden mostrarse son nuestras acciones, palabras y pensamientos habituales. Comenzarán a brotar de modo sencillo cuando les facilitemos los medios que precisan para activarse. 

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PRESENTE Y FUTURO DE LA HUMANIDAD

A nivel individual es fácil averiguar en qué estado nos encontramos en un momento de la vida. Si quiero saber cómo estoy ahora, es suficiente con que reflexione durante unos minutos. Busco un sitio tranquilo, me interiorizo, divido mi vida en sus 3 o 4 áreas más importantes, y me hago varias preguntas sencillas a las que respondo con honestidad.

Área 1, todo lo vinculado con los aspectos físicos y materiales: economía, hogar, salud. Área 2, relaciones: con mi pareja, hijos, resto de la familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos. Área 3, aspectos internos: mi nivel de paz, qué clase de reacciones tengo ante las experiencias que vivo, nivel de felicidad que siento en mí.

Me pregunto también por el propósito esencial de mi vida, si pienso que este consiste en disfrutar y dejar pasar el tiempo, o si creo que mi existencia tiene un sentido trascendente. ¿Qué siento que es más importante, poseer o ser? ¿Cómo deseo marcharme de aquí?

Solo tras este examen sabré lo que he de modificar y a lo que he de dedicar mayor atención e interés para sentirme mejor en cada una de las áreas exploradas. Por ejemplo, si me percibo una persona temerosa ante las situaciones que se me presentan, tendré que hacer algo para disminuir ese temor. Ello me facilitará una mejor calidad de vida y una vejez con un mayor nivel de aceptación y paz interior.

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LA PAZ: EL MAYOR LOGRO HUMANO

CONCEPTO ACTUAL DE PAZ

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra paz a tres niveles: entre países, entre grupos de personas y paz individual:

1º “Situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países”. 

2º “Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos”.

3º “Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud”. 

Lo que más nos llama la atención en estas definiciones es que se asocia la paz a la ausencia de conflicto y de lucha. Los seres humanos llevamos varios miles de años compartiendo un mismo hábitat, la Tierra, viviendo experiencias afines, sufriendo similares dificultades, sintiendo los mismos anhelos… ¿No es ya momento de aspirar a algo mejor que dejar de pelear entre nosotros? ¿Ha llegado la hora de respetar al que es diferente, ayudar a quien lo necesita y colaborar en tareas comunes?

Cuando se firma un tratado que pone fin a una confrontación entre países, entre los grupos de un ayuntamiento, entre una empresa y sus trabajadores, o en cualquier otro supuesto, las condiciones del pacto las impone la parte más fuerte, bien porque cuenta con más apoyos o es más astuta, o sencillamente porque tiene capacidad de presionar. Tenga o no razón en la disputa, esa parte más poderosa sale beneficiada del convenio. Leer mas

ORIGEN Y DESTINO DEL SER HUMANO (4ª DE 4)

Esta 4ª entrada consta de cuatro artículos: “Seres que ayudan a la humanidad”, ”Nivel de desarrollo espiritual que ha alcanzado la humanidad actual”, “Prueba que los seres humanos vamos a afrontar en un momento cercano en el tiempo” y “La nueva sociedad en la nueva tierra”. Al final de cada uno de ellos se plantean preguntas, en color azul, cuyas respuestas únicamente se encuentran en nuestro interior. Con esta entrada cerramos el tema “Origen y destino del ser humano”. (Ver el plan general en el post de fecha 24 de septiembre).

7º SERES QUE AYUDAN A LA HUMANIDAD

En este tiempo, tanto la tierra como la humanidad que ella acoge, están viviendo un periodo de especial trascendencia que les va a conducir a experimentar un salto de conciencia; entonces se dan las condiciones para poder construir un nuevo modo de convivencia. La creación de esa sociedad es un proyecto esperanzador, aunque va a requerir de un enorme esfuerzo.

Todo esto es conocido desde tiempos remotos (en realidad desde siempre) en los planos superiores, en los que se forjó un plan de ayuda a la especie humana en su proceso evolutivo y, de modo particular, ante el reto que supone crear un nuevo modo de convivencia.

Hay seres de elevada vibración que nos están apoyando. Un grupo lo forman los guías que nos asisten en los planos a los que va el alma en los periodos entre vidas. Junto a ellos recordamos la vida que acaba de finalizar; analizamos las opciones de que dispusimos Leer mas

ORIGEN Y DESTINO DEL SER HUMANO (3ª DE 4)

En esta entrada, la tercera de un conjunto de 4, seguimos desarrollando el tema “Origen y destino del ser humano” (ver la entrada de fecha 24 de septiembre). Comprende dos artículos: “Reencarnación y periodo entre vidas” y “Concepto de karma”. Al final de cada uno de ellos se plantean preguntas, en color azul, cuyas respuestas únicamente se encuentran en nuestro interior.

5º REENCARNACIÓN Y PERIODO ENTRE VIDAS

Para entender el concepto de reencarnación vamos a recordar, brevemente, los cuerpos que componen a un ser humano:

  1. En primer lugar está el cuerpo físico, formado por materia densa, visible y perecedera. Tras la muerte de la persona (al terminar su vida física) este cuerpo se va descomponiendo hasta llegar a fundirse nuevamente con la tierra y desaparecer totalmente.
  2. Asimismo, tenemos varios cuerpos con una vibración más sutil que el físico: el cuerpo etérico o vital, el cuerpo astral o de las emociones y el cuerpo mental o de los pensamientos. Al acabar la vida física (muerte de la persona) estos cuerpos siguen existiendo durante un tiempo hasta desaparecer. Están compuestos de energía y la mayoría de nosotros no los vemos.

Es importante recordar que aunque la vida finaliza cuando muere el cuerpo físico, estos tres cuerpos  mencionados siguen activos durante un periodo de tiempo.

  1. Además, estamos constituidos por un conjunto de cuerpos denominados “superiores”. Son de vibración cada vez más sutil hasta llegar a los más elevados que son de luz.

Así como el cuerpo físico es denso y ocupa un espacio, el resto de cuerpos no habitan lugares físicos. Según sea su grado de vibración existen en uno o más de los muchos planos existentes. La palabra plano, más que a un lugar, hace referencia a un estado de vibración.

La entidad, energía, ser, organismo, etc. que comienza a encarnar en la Tierra repetidamente para experimentar y alcanzar su plenitud, vive el proceso evolutivo humano de la siguiente manera:

Su Esencia divina crea un alma que irá encarnando repetidamente en cuerpos físicos hasta llegar a ser consciente de que su naturaleza es amor y unidad. El alma así creada está compuesta por el cuerpo físico, los cuerpos etérico, astral y mental y los cuerpos de menor vibración del apartado 3. El resto de cuerpos de este apartado, los de vibración superior, nunca cambian y constituyen lo que normalmente llamamos el Espíritu o Esencia divina de un ser humano.

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ORIGEN Y DESTINO DEL SER HUMANO (2ª DE 4)

En esta entrada, la segunda de un conjunto de 4 que desarrollan el tema “Origen y destino del ser humano” (ver la de fecha 24 de septiembre), vamos a tratar dos apartados: “Proceso evolutivo del ser humano en la tierra” y “El libre albedrío”. Al final de cada uno de estos artículos se plantean preguntas —en color azul— cuyas respuestas únicamente puede encontrarlas cada uno en su interior.

 PROCESO EVOLUTIVO DEL SER HUMANO EN LA TIERRA.

En el artículo anterior, publicado el día 1 de octubre, expusimos que además de los seres que conocemos aquí en la tierra (humanos, animales y vegetales), en la Creación hay un número infinito de organismos, energías, entidades, etc. Cada uno de ellos se siente impulsado a buscar su plenitud, la conexión consciente con su esencia. Con esa finalidad experimenta de todas las formas posibles: incrementando sus capacidades; creando tecnologías muy avanzadas; alcanzando un gran poder y dominio sobre los demás…

Cuando un ente agota todas las opciones que la existencia le ofrece sin haber alcanzado la felicidad que anhela, desde su esencia surge un impulso que le señala una vía nueva y diferente, algo que antes nunca se planteó: explorar, no para hallar su propia felicidad, sino para que sean felices los demás.

Es entonces cuando ese impulso le lleva a escoger una de las vías evolutivas que existen en la Creación para incrementar el amor. Una de estas vías es encarnar repetidamente en el planeta Tierra durante un cierto número de vidas hasta alcanzar la plenitud. El fin de este camino es lo que los Maestros llaman “la iluminación”.

Para poder entender el proceso necesitamos conocer, aunque sea de pasada, los diferentes cuerpos que constituyen a un ser humano. Leer mas