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¿EN QUÉ EMPLEA DIOS SU TIEMPO?

Desde la antigüedad los seres humanos hemos tenido la costumbre de agradecer y bendecir. En tiempos de peligro o escasez, nuestros antepasados se dirigían a Dios rogando su ayuda y mostrando gratitud cuando la petición era atendida. Se honraba la salida del sol cada día, la lluvia favorable, la cosecha abundante, los animales, la comida en la mesa, la familia…

En libros y películas que relatan historias de épocas pasadas es frecuente encontrar escenas en las que un padre, poniendo las manos sobre la cabeza de su hijo, le habla de esta manera: “Amado hijo, tienes mi consentimiento para dejar el hogar y partir en busca de una vida mejor de la que yo puedo ofrecerte. Mi amor te protegerá para que ningún mal pueda sucederte. Ve en paz; yo te bendigo».

Esta hermosa práctica de bendecir parece próxima a desaparecer, aunque todavía restan ocasiones en las que perdura: en ciertos oficios religiosos el pastor bendice a los fieles; hay familias en las que aún se conserva el hábito de agradecer los alimentos antes de comenzar a tomarlos; en Leer mas

EL JARDIN DE DIOS

E L   Á N G E L

Después de un día adverso en el que todos los sucesos se conjuran en mi contra, me acuesto temprano. Permanezco despierto mucho tiempo alimentando en la mente los incidentes de la jornada, hasta que ya extenuado se impone el sueño. Mi conciencia vaga por mundos inexistentes cuando una voz me despierta:

—Levántate, vamos a hacer un viaje— escucho desorientado.

A los pies de la cama, cerca de la ventana, resalta una silueta envuelta en un halo blanco azulado que juzgo un ángel con las alas plegadas. Su voz dulce y segura infunde confianza. Me visto en silencio, y agarrado a su mano salimos de la habitación. Él se guarece con una túnica azul claro de una sola pieza, sencilla y sin botones, con un par de aberturas en su parte posterior por las que irrumpen dos alas de color blanco radiante. Enseguida volamos surcando galaxias y cruzando un profundo espacio vacío que me llena de paz.

Durante el tiempo de la travesía ambos permanecemos callados y en ningún instante llego a mirar su rostro. Todo sucede muy rápido, y aunque no siento temor ni preocupación, sí me percibo desconcertado. Finalmente llegamos a un mundo surgido de la ausencia. Al posarnos en tierra el ángel me anuncia que más tarde regresaremos a casa, y con las alas recogidas se marcha andando por un camino cercano. Leer mas

¿DÓNDE ESTÁ DIOS?

Sin apenas darse cuenta se había hecho mayor. El último verano había cumplido 48 años. ¡Cuántos años!, se decía. Mirando atrás en el tiempo se recordaba de niño, sin ninguna preocupación, solo jugar. Luego la pubertad, la pandilla, las chicas, la universidad, su novia, el trabajo, casarse, sus dos hijos, y de pronto ya tenía 48 años sin conciencia de haberlos vivido.

En algunas ocasiones —muy pocas en verdad—, se había preguntado dónde estaría Dios con la cantidad de cosas que estaban pasando. «¿Por qué no da la cara y pone orden? ¿Cómo permite que exista tanta gente egoísta, con malas intenciones?…». Pero esas preguntas apenas eran como los destellos de un relámpago: surgían con fuerza en su mente y pronto desaparecían.

Desde hacía casi siete años todo en su vida era distinto. Había tenido que afrontar una experiencia muy difícil que le llevó a estar un tiempo al borde de la desesperación. En los primeros meses que siguieron a su trauma necesitaba imperiosamente saber dónde estaba Dios. Unas veces para echarle en cara el terrible infierno que estaba viviendo. Otras, las más, para suplicarle que le ayudase en ese duro trance. Él, como contrapartida, Leer mas