CategoriaConciencia

CONVERSACIÓN CONMIGO MISMO DENTRO DE SIETE AÑOS

¿Cómo será mi vida en el futuro? Cierro los ojos, y tras unos minutos de quietud interior me percibo visitándome dentro de siete años…

—Bienvenido Juanjo, me alegra verte —me saluda con una cordial sonrisa. Con un gesto de su brazo me propone entrar en la casa. Atravesando un pasillo llegamos a una estancia amplia y sobria. Junto a una de las ventanas con vistas al jardín hay una mesa de camilla y dos sillones. Tocando el respaldo de uno de ellos me dice:

—Siéntate aquí en tanto preparo una infusión de salvia con granos de anís, fuerte y en taza grande como nos gusta; vuelvo enseguida y conversamos.

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EL DESPERTAR DE LA HUMANIDAD

Diferentes voces, algunas ahora y otras en tiempos pasados, nos anuncian un despertar de la humanidad. ¿A qué se refieren con la palabra despertar? ¿Acaso estamos dormidos?

Observando el recorrido realizado en nuestro proceso evolutivo vemos que comenzamos como seres primitivos y que, tras miles de años de andadura, hemos logrado desarrollar a un alto nivel muchas de las áreas de nuestra vida. La tecnología que hemos creado hace posible que conectemos con otras personas de modo casi instantáneo aunque ellas se encuentren en lugares muy alejados del nuestro. Incluso podemos vernos y sonreírnos mientras hablamos y, si nos apetece, enviarnos un beso. Igualmente es fácil viajar de un lugar a otro del planeta de forma cómoda y rápida.

¿Y qué decir de nuestros hogares? Sin duda son mucho más confortables que las cuevas o chozas de aquellos lejanos tiempos. Con solo pulsar un botón o mover una palanca podemos disponer de agua abundante para nuestras necesidades, iluminar una estancia o acondicionar su temperatura. Visto así, en la distancia, se trata de conquistas prodigiosas, casi auténticos milagros. ¿Hemos conseguido materializar un gran sueño que en aquellos lejanos tiempos no pudimos ni siquiera imaginar?

Estamos en los primeros meses del año 2020 y ha surgido una crisis que afecta, en mayor o menor medida, a toda la humanidad. Hablamos del covid-19, un virus que se trasmite de modo silencioso de unas personas a otras provocando que algunas enfermen y que un pequeño porcentaje muera. Además de la amenaza que el virus supone para nuestra salud, las medidas para erradicarlo han desordenado nuestras vidas en multitud de aspectos, hasta el extremo de no saber si seremos capaces de encontrar el equilibrio. Leer mas

SOBRESFUERZO Y SALTOS DE CONCIENCIA

(Estas reflexiones tienen puntos en común con la entrada anterior “Aceptar la Vida”, publicada el 24/06/17).

Existen diversos caminos para ampliar nuestra conciencia. Uno de ellos, fiable y eficaz, es confiar en que la Vida nos ama y entrega lo mejor en cada momento de nuestra existencia. Pero, ¿cómo vamos a fiarnos de la Vida si con frecuencia plantea situaciones que no comprendemos, que no deseamos o que nos hacen sufrir? ¿Acaso confiaríamos en alguien que nos tratase así…?

Sin embargo, los seres realizados dicen que la Vida es la manifestación de la Voluntad Divina aquí en la tierra y que todas las experiencias que la Vida presenta son una ayuda para desarrollar nuestras cualidades internas y llegar a fundirnos con la Divinidad.

Cuando aceptamos algo que comprendemos, aun teniendo que hacer un esfuerzo para ello, no se amplia nuestra conciencia y permanecemos en el mismo nivel de vibración en el que nos encontramos en ese momento de nuestro proceso evolutivo. En cambio, para aceptar algo que no deseamos o que no entendemos es necesario efectuar un sobresfuerzo, un empeño más allá de lo normal. Y es esta movilización extra de energía, este sobresfuerzo, lo que nos hace dar un salto de conciencia.

El esfuerzo perfecciona el nivel de conciencia en el que estamos, y el sobresfuerzo nos eleva a un nivel superior.

¿De donde surge la fuerza que se precisa para realizar el sobresfuerzo? Para las actividades y logros de la vida ordinaria (material) existen muchas fuentes de energía, como puede ser la motivación en alcanzar una meta, el reconocimiento que nos otorgarán otras Leer mas

ACEPTAR LA VIDA

Estamos acercándonos al final de un ciclo evolutivo humano. Hasta hace muy poco tiempo la mayoría de las personas nacíamos repetidamente en la Tierra con el único fin de acumular experiencias. Todos los acontecimientos carecían de sentido y se atribuían a fuerzas sobrenaturales, fuerzas que nos superaban y ante las que nuestra voluntad quedaba anulada. Pensemos en la humanidad de hace cien, mil o cinco mil años.

Hoy todo es diferente. Comenzamos a entrever que nosotros somos esas fuerzas que condicionan nuestras vidas. Ahora sabemos que existen multitud de creencias y modos de pensar diferentes; que nuestros actos y pensamientos acarrean efectos en consonancia con ellos; que en el presente sembramos las semillas de lo que viviremos en el futuro… Este conocimiento nos concede un grado de libertad muy superior al que antes tuvimos.

¿Cuál será etapa siguiente a esta? Alcanzar la unidad con la Vida y poder sentir que somos ciudadanos de pleno derecho de la Creación, viviendo en libertad, sabiduría y amor. Para alcanzar esta meta, la Vida, sin consultarnos, colabora planteándonos pruebas para nuestro crecimiento. Al aceptarlas, nuestra escala de valores actual se va desmoronando, y ello nos permite acceder a un nivel de conciencia superior, un nivel de mayor unidad con los demás y, en definitiva, con la propia Vida. Leer mas

2017

Hoy es el primer día de un nuevo año, todavía puro, inmaculado. ¿Qué haremos con sus días? ¿Qué sueño nos impulsará a saltar de la cama cada mañana? ¿Qué meta anhelamos alcanzar para que al marcharse el año 2017 podamos recibir felices al retoño 2018? Se dice que los ancianos son sabios, fruto de las muchas experiencias que han vivido. Preguntemos entonces al veterano 2016.

Camarada 2016, ¿cómo he vivido tus días? ¿Qué nuevos territorios deseaba conquistar? ¿Ansiaba edificar grandes almacenes y llenarlos de dinero? ¿Mejorar en mi profesión sin importarme el modo de lograrlo? ¿Disfrutar al máximo en cada situación sin tener en cuenta las consecuencias? ¿Recuerdas si en algún momento me esforcé Leer mas

L A  N A D A

NUEVAMENTE SE PRESENTA EL ÁNGEL

Es otoño, tiempo de cosecha. Me hallo en un terreno abrupto y de difícil acceso, sentado en la tierra y con la espalda apoyada en una enorme encina salvaje. Mientras escucho el nostálgico trino de los colirrojos reales camino de África, el manso murmullo del viento apacigua mi mente. Es un territorio generoso en el que crecen de manera natural las encinas, los alcornoques y la paz. Cierro los ojos y permito que vaguen por mi mente hechos tristes y felices —más abundantes los primeros— de mi niñez, sin embargo pronto interrumpo ese desfile al sentir la presencia del ángel. Sin abrir los ojos le digo: “Adelante, Somiah, te escucho”.

Sin demora, el espíritu celeste comienza a hablarme:

—Me envía el arcángel Damohel. Mi misión consiste en conducirte junto a él, pero antes he de revelarte lo que es “la nada”, el lugar más singular de la creación. Al finalizar mi confesión permaneceré en silencio esperando tu respuesta. Si decides acompañarme te llevaré junto a Damohel, quien te comunicará el sentido de tu viaje y otros detalles que yo desconozco. Después te conducirá hasta la nada.  

LA NADA

Tras una breve pausa, tal vez para darme un tiempo de reflexión, prosigue:

—No es posible definir la nada; existe y no existe. Es un campo sin campo, un lugar sin lugar, un espacio sin espacio. Es tan grande como todo el universo y más pequeña que un átomo. En ella cabe todo, aunque nada alberga. Pese a contener los cuatro puntos cardinales, en la nada no hay norte ni sur, ni este ni oeste.

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¿EXISTE EL MAL?

La existencia del mal es una evidencia que los seres humanos aún no comprendemos. Lo que llamamos mal —la ignorancia de un individuo—, es su incapacidad para sentir que tanto él como los demás organismos son algo más que materia. Por esa razón lo que hace o proyecta esa persona va en función de satisfacer aquello que realmente cree ser, y como consecuencia no le importa dañar a otros seres —humanos o no— al pensar que su naturaleza es únicamente material.

En mayor o menor medida esta forma de proceder es común a muchas personas, incluidas las que se dicen “despiertas”. Al no percibir la esencia divina que impregna todo lo creado, tratan sin cuidado cada forma o realidad que existe, pudiendo dañarla mediante la energía que le dirigen, ya sea a través de la palabra, la acción o el pensamiento.

¿Cual es nuestra vibración interior al relacionarnos con los demás? ¿Con qué actitud arrancamos el fruto de un árbol, cortamos una flor o Leer mas

LA MEDITACIÓN

Con frecuencia los seres humanos no somos previsores y solo nos ocupamos de los problemas cuando se presentan. A lo largo de nuestra vida es normal que pasemos por experiencias de dolor y sufrimiento, pues esa es la condición humana. Al vivir una circunstancia difícil nos gustaría tener la capacidad de superarla y dejar de pensar en ella.

Al practicar la meditación, de modo natural, comienzan a desarrollarse en nosotros una serie de cualidades que nos permiten afrontar las experiencias que vivimos desde un mayor nivel de paz y confianza. Esta es una buena razón para empezar a practicar la meditación ya, ahora.

Hay personas que sienten rechazo al oír hablar de la meditación. Algunas piensan de este modo en base a opiniones que han escuchado, y otras más imaginan que la meditación la realizan personas que pertenecen a religiones extrañas o incluso a sectas. Pero lo cierto es que la meditación no es ningún tipo de creencia o religión, y cualquiera puede practicarla: un niño o una persona mayor; un budista, un católico o un no creyente; alguien con mucha cultura o una persona sin estudios… 

¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?

La meditación es un estado de atención especial que nos capacita para la vida, al tiempo que un camino para desarrollar el maravilloso potencial que realmente somos.

Durante el periodo de meditación, el meditador está totalmente alerta y consciente, en tanto que su cuerpo y su mente permanecen en paz y armonía.

¿CUÁL ES SU UTILIDAD?

La meditación nos ayuda a centrar la mente y superar su tendencia a la dispersión.

Nos posibilita vivir en el único momento que verdaderamente tenemos y en el cual transcurre la vida: el momento presente.

Por medio de la meditación conseguimos disminuir nuestros niveles de ansiedad Leer mas

EL ACTO DE TOMAR CONCIENCIA

En nosotros surgen sentimientos, emociones, reacciones, pensamientos… que nos alteran y sobre los cuales no tenemos control. Desconocemos los motivos que los originan, y lo que normalmente hacemos es atribuirlos a la experiencia que estamos viviendo en ese momento. Sin embargo, siempre hay una causa inconsciente que provoca esos estados emocionales. Por medio de la mente (razonando, sacando consecuencias, recordando experiencias del pasado…) no podemos tener acceso al inconsciente y nos será imposible conocer el origen del desequilibrio que sentimos.

Se trata entonces de buscar una manera de hacer consciente la raíz o fuente original de la desarmonía que experimentamos. Para ese fin disponemos del Acto de Tomar Conciencia. Existe una causa profunda que crea el sentimiento perturbador, y al “mirarlo” de modo persistente y «no perderlo de vista», logramos conocerla.

¿QUÉ ES TOMAR CONCIENCIA?

Tomar conciencia de algo es observarlo con plena atención e interés, en tanto que la mente permanece en silencio, sin intervenir. Si se trata de un sentimiento o una emoción, tomar conciencia de ellos supone mirar el sentimiento o la emoción en la actitud del observador que está completamente implicado en lo que observa, sin pensar ni razonar, y sin buscar causas, consecuencias o relaciones.

Cuando digo “mirar”, “poner atención” u “observar” me refiero a un mirar, darnos cuenta y observar internos, no con los ojos físicos. (En el artículo emplearé de forma indistinta las palabras emoción y sentimiento).

No es lo mismo tomar conciencia de una emoción que razonar sobre ella. Al tomar conciencia lo que estamos haciendo es mirar la emoción sin aprobarla ni rechazarla. Perseverando en este acto de mirar podremos llegar a comprender, lo cual es distinto a razonar. La comprensión puede sanar, total o parcialmente, la causa que origina la emoción o el sentimiento que estamos experimentando.

Por el contrario, si razonamos sobre un sentimiento intentando comprenderlo, solo conseguimos aumentar nuestra confusión mental, pues siempre aparecerán Leer mas

DESARROLLAR LA PERFECCIÓN QUE SOMOS

En la República de Florencia, a comienzos del s. XVI, sus gobernantes pretendían crear una escultura monumental de David (el pastor que con su honda mató a Goliat), con la finalidad de que fuese un símbolo de poder frente a los Estados vecinos. Para este propósito se encargó un gran bloque de mármol blanco de Carrara (denominado “el gigante”) y se encomendó el trabajo de tallar la piedra a varios escultores, aunque ninguno de ellos fue capaz. Finalmente, la tarea se le confió a Miguel Ángel, que creó la hermosa estatua de David que conocemos.

Actualmente la escultura se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia. Hasta el año 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señora; desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra a tamaño real realizada también en mármol.

¿Era acaso Miguel Ángel un escultor más diestro y hábil que aquellos que no lograron tallar el mármol? Es probable, aunque eso no lo podemos asegurar. Pero sí sabemos que Miguel Ángel poseía un don: antes de comenzar a esculpir, él ya veía dentro del gran bloque de mármol la estatua de David perfectamente acabada, con toda clase de detalles. Su labor consistía entonces en desbastar el bloque quitándole los trozos de mármol que cubrían la bella figura que permanecía cautiva en su vientre.

Nuestra tarea es semejante a la que realizó Miguel Ángel, aunque no en un bloque de mármol, sino cada uno consigo mismo. En nuestro interior ya somos completos, de modo que nada podemos añadir que nos haga más perfectos. Poseemos, y en grado sumo, todos los atributos de la Creación: paz, sentimiento de unidad, alegría, capacidad de acogida, sabiduría, compasión… Amor. Y la única razón por la que estamos aquí en la Tierra es para desarrollar y expresar esa plenitud que permanece oculta dentro de nosotros, al igual que la estatua de David lo estaba en el bloque de mármol.

¿Y cómo se consigue sacar a la luz y compartir con los demás la belleza que somos?… Viviendo desde ya como si esa perfección estuviese manifiesta. Así, al expresarla, al vivirla, al compartirla, es cuando se hace real. Leer mas