A lo largo de su proceso evolutivo el ser humano vive multitud de experiencias, al mismo tiempo que su alma, su dimensión interior, extrae de ellas la sabiduría que contienen. Con el paso del tiempo esa sabiduría que el alma custodia llega a ser más o menos elevada, pero permanece oculta para la persona hasta su despertar, momento a partir del cual puede hacer uso de ella.
Un ejemplo puede ayudarnos a ver esta idea con mayor claridad. Imaginemos que alguien que dispone de pocos recursos económicos desconoce que en el banco tiene una cuenta con una considerable suma de dinero. Vivirá con escasez hasta el día en el que descubra que es dueño de un elevado capital del que puede disponer a voluntad. Algo análogo le sucede a la humanidad, pues cada ser humano posee en su alma una potencialidad de la que no será consciente hasta que se produzca su despertar.
En un momento cercano en el tiempo va a darse un acontecimiento de repercusión planetaria, una especie de iniciación para la humanidad. Esa incidencia no será violenta ni catastrófica, pero exigirá una respuesta individual de cada uno de nosotros. Para poder dar su respuesta particular a ese hecho, en cada persona despertará, total o parcialmente, la sabiduría que alberga en su alma, su nivel de conciencia, que es diferente de unos seres humanos a otros.
Al despertar las personas con distintos niveles de conciencia llevará a que la humanidad se escinda en tres grandes grupos. Uno estará formado por aquellos cuya alma les impulse a crear una nueva sociedad con una escala de valores diferentes a los de la de la sociedad actual; en un segundo grupo su vibración interior les hará decidirse por permanecer en el modelo actual de sociedad. Surgirá también un tercer grupo integrado por los que tengan dudas y se encuentren indecisos entre apoyar o no la creación de la nueva sociedad. Leer mas