En el primero de estos cinco artículos preguntamos a la conciencia infinita qué sentido tiene la existencia del ser humano aquí en la tierra. Con fe e ilusión pensamos que existiría una fuerza creadora sabia y con la capacidad de respondernos. Así fue, y con su respuesta elaboramos el segundo capítulo, en el cual quedó un punto importante por explicar. En el capítulo siguiente, el tercero, ese aspecto quedó aclarado.
Ahora la conciencia creadora nos habla con más detalle de nuestro proceso evolutivo.
Durante los espacios de tiempo en los que permanecéis en la tierra experimentáis multitud de pruebas con la finalidad de que el alma extraiga de cada una de ellas la enseñanza que contiene. De este modo vuestra alma —la misma en cada vida— incrementa su nivel de sabiduría hasta que llega un momento muy especial, el despertar, a partir del cual os vais haciendo conscientes de esa sabiduría que tenéis en el alma para afrontar los retos de la vida desde un nivel superior de conciencia.
Es entonces, tras despertar, que comenzáis a manifestar en la tierra el amor, al principio en un cierto grado, después a un nivel superior, y siempre en una escala creciente. Esta palabra, amor, es muy rica y contiene muchos dones, en realidad los contiene todos.
Uno de los las más importantes es el de la unidad. ¿Puedes imaginar un sentimiento de unidad de tal pureza e intensidad que lo que les sucede a los demás sea tan importante como lo que te ocurre a ti? ¿Ocuparte de sus cosas desde tu corazón y que esto sea reciproco? La concordancia total entre vosotros se logrará, aunque será fruto de un recorrido con varias etapas.
Tras un periodo de tiempo se desarrollará en el conjunto de los seres humanos un sentimiento de paz que se irá transformando hasta llegar a ser un estado. Entonces, lo que ocurra en la vida de alguien sabréis que es lo mejor para todos en ese momento.
Surgirán otras cualidades que ahora desconocéis y que os permitirán expresar el amor en lugares diferentes a aquellos en los que estéis, incluso en algunos muy lejanos. Y cuando un ser humano alcance el nivel de amor planetario, su amor se manifestará en cualquier lugar de la tierra, porque el planeta estará en su corazón y será parte de él.
Al mismo tiempo vuestra conexión conmigo vivirá un proceso. Lo que digo ahora os llega solo en forma de ideas. Tras el despertar ya no serán solo conceptos, sino un sentir que irá creciendo en el interior de cada uno hasta que estas palabras os resuenen con belleza, armonía y entendimiento, como las notas de una partitura divina.