Los escritores ponen mucho interés en iniciar sus libros con expresiones que seduzcan al lector. A veces se trata de una sola frase, como en el caso de la novela “Moby Dick”. Algunos críticos literarios consideran que esta novela de Herman Melville tiene uno de los principios más brillantes de toda la literatura. El libro, como muchos recordáis, comienza así: “Llamadme Ismael”.
De manera similar, este artículo empieza con una idea que a la vez que impactante expresa la verdad: “Cada uno de nosotros somos el mismo amor que es Dios, el Creador”.
Esta frase anuncia algo tan grandioso que no nos lo creemos. ¿Cómo voy a ser yo el mismo amor que esa energía tan extraordinaria que ha creado todo lo que existe? Si así fuese, al mirar en mi interior contemplaría un hermoso jardín con plantas de bellas flores: la flor de la paz, de la sabiduría, de la unidad, de la alegría…
Pero yo no descubro en mi interior esa lindeza. Al contrario, me veo invadido por hierbas y plantas que no invitan a estar junto a ellas: Leer mas