CONCEPTO ACTUAL DE PAZ
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra paz a tres niveles: entre países, entre grupos de personas y paz individual:
1º “Situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países”.
2º “Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos”.
3º “Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud”.
Lo que más nos llama la atención en estas definiciones es que se asocia la paz a la ausencia de conflicto y de lucha. Los seres humanos llevamos varios miles de años compartiendo un mismo hábitat, la Tierra, viviendo experiencias afines, sufriendo similares dificultades, sintiendo los mismos anhelos… ¿No es ya momento de aspirar a algo mejor que dejar de pelear entre nosotros? ¿Ha llegado la hora de respetar al que es diferente, ayudar a quien lo necesita y colaborar en tareas comunes?
Cuando se firma un tratado que pone fin a una confrontación entre países, entre los grupos de un ayuntamiento, entre una empresa y sus trabajadores, o en cualquier otro supuesto, las condiciones del pacto las impone la parte más fuerte, bien porque cuenta con más apoyos o es más astuta, o sencillamente porque tiene capacidad de presionar. Tenga o no razón en la disputa, esa parte más poderosa sale beneficiada del convenio.
En estos casos, ¿se puede decir que se ha alcanzado la paz? Se ha conseguido un acuerdo, pero no se ha logrado la paz. La parte más débil, por la razón que sea, no ha tenido más opción que la de aceptar el pacto, pero se ha sentido perjudicada y ha quedado herida. Con el tiempo puede volver a surgir el conflicto, tal vez con mayor virulencia.
Esta es la clase de entendimiento que habitualmente se puede lograr con nuestro actual nivel de conciencia.
En estos momentos la humanidad afronta varios retos importantes, algunos desconocidos hasta ahora (el cambio climático; una elevada cantidad de armamento militar con gran capacidad destructiva; la ingeniería genética aplicada a humanos, animales o vegetales, cuya inadecuada utilización puede dar lugar a graves consecuencias; el terrorismo, con medios nuevos y más imprevisibles, etc.), y es una necesidad imperiosa lograr niveles de paz de mayor calidad —permitir la expresión— para poder afrontar esos conflictos que se nos presentan.
La verdadera paz es la que expresamos al vibrar en lo que realmente somos, y no es un tipo de conocimiento, ni un sentimiento, ni una emoción; es un estado. Una vez alcanzado, la persona se manifiesta siempre desde lo que ya es. Solo esta paz auténtica tiene la capacidad de trasformar una situación conflictiva en una realidad diferente, de respeto, unidad y amor, sin vencedores ni vencidos.
¿Dónde se encuentra ese estado de paz del que hablamos aquí? Al interiorizarnos, en el nivel más profundo que somos capaces de alcanzar, encontramos alegría, plenitud, unidad, amor y el resto de cualidades que nos constituyen, brotando todas ellas de un fondo que es paz. En ese espacio personal, íntimo y sagrado, somos paz. Esta es una experiencia universal, análoga en todas las personas que se interiorizan. Así nos lo confirman los maestros, los seres sabios, los que ya han logrado la realización.
Aunque nuestra naturaleza es paz, habitualmente no es esa la vibración que sentimos ni la que percibimos en los demás.
¿CÓMO NOS HACEMOS CONSCIENTES DE QUE SOMOS PAZ?
Para ello hemos de vivir un proceso. El primer paso consiste en abrirnos a lo que verdaderamente somos, es decir, no obstaculizar que esa realidad pueda manifestarse. Mientras creamos que esencialmente somos un cuerpo físico, estaremos al servicio de la materia, y no podremos conectar con nuestra verdadera naturaleza, con la paz que realmente somos.
Los seres humanos somos trascendentes, y esto significa que nuestra realidad última no desaparece con la muerte del cuerpo físico. Nacemos con un cuerpo que nos sirve como medio para hacernos conscientes de que somos paz y el resto de cualidades que de ella emanan.
Cuando se lanza una nave al espacio, los tripulantes llevan un traje apropiado a las condiciones atmosféricas de la zona a la que van. Están preparados para poder salir de la nave y explorar el lugar, recoger muestras, etc. Los seres humanos venimos a la tierra a vivir experiencias para reconocer nuestra verdadera naturaleza y, al igual que el astronauta se quita el traje cuando acaba su misión, nosotros dejamos el cuerpo al finalizar las experiencias de una vida. Si permitimos que esta verdad vaya penetrando en nosotros, el temor a la muerte física empieza a disminuir y la paz auténtica comienza a manifestarse.
La humanidad está en un momento especial de su proceso evolutivo. Se nos anuncia que pronto vamos a hacernos conscientes del potencial desarrollado en esta y en vidas anteriores, lo que nos va a permitir crear un nuevo y más perfecto modo de convivencia, una nueva sociedad.
¿QUÉ PODEMOS HACER HASTA QUE SE DESPIERTE NUESTRO POTENCIAL LATENTE?
Ante una situación que es fuente de conflicto, división o sufrimiento, que puede ser desde algo muy grave como un terremoto hasta una simple disputa entre vecinos en una reunión de comunidad, disponemos de dos clases de recursos.
Como personas físicas podemos apoyar con oraciones; con palabras de consuelo o creadoras de armonía; con donativos; con tareas directas si la situación lo permite, etc.
Como seres trascendentes, una vez que nos hemos interiorizado con alguno de los muchos medios que hay para ello (una breve meditación, ejercicios de respiración específicos, oraciones o técnicas de yoga, pasear por la naturaleza o relajarnos unos minutos escuchando música de alta vibración), al alcanzar un cierto nivel de equilibrio interior ya estamos listos para ayudar.
Según la clase de situación, enviamos energía de conformidad, de unidad, de conciliación… Al hacerlo así, de nuestro cuerpo mental surgirá una energía que adoptará diferentes formas y colores en sintonía con el propósito para el que la estamos creando. Su capacidad de auxiliar dependerá de la pureza de nuestra intención y de la paz mental con la que la creamos. Esa energía se unirá a otras de similar vibración potenciando así su efecto.
Este trabajo se realiza con la intención decretada al comenzarlo, sin pensamientos, o con los menos posibles, calladamente y sin buscar reconocimiento.
También puede darse el caso contrario. Imaginemos que una persona está viendo una entrevista en la televisión y no está de acuerdo con lo que dice el entrevistado. Tal vez lo descalifique o se burle de él, y puede que incluso le insulte o le desee algún mal. Con su comportamiento esa persona está creando una energía de desarmonía que escapa de ella y adopta formas y colores agresivos y amenazadores. Conociendo que ese proceder en nada ayuda a la paz, si nos esforzamos y estamos alerta para no incurrir en este tipo de conductas contribuiremos a la creación de paz.
Somos seres libres con capacidad para crear paz o enemistad; unión o división; entendimiento o separación. ¿Cuál es nuestra elección?
Precioso y totalmente de acuerdo Juanjo?!!! Dile a tu esposa que anteayer vi a un águila ? A lo mejor es porque el águila q me regaló siempre anda conmigo!
PRECIOSO ARTICULO!!!
Un gran abrazo a los dos ?
Hola Marisa, gracias por tu comentario y por saber de ti. Ya hablo con Mª Teresa. Sabes que el águila es un emblema en muchos paises. Ella sabe que estás en su tierra y te acoge y te cuida. Un abrazo. JUANJO
Excelente artículo. Un abrazo
Hola Silvia, gracias por tu comentario y el apoyo que le das al artículo. Siento que en estos momentos de inquietud que vivimos enaltecer la paz es la mejor ayuda que podemos darnos. Un cordial saludo. JUANJO
Magnífico artículo y completamente de acuerdo en lo importancia, precisamente en estos momentos tan pertubadores, que representa crear paz y energía de paz. Por cierto que me lo voy a aplicar a mi vida cotidiana. Debido a una experiencia personal por la que estoy pasando, esta es la lectura más importante que podía haber encontrado, para aplicar lo aprendido por tu artículo a la experiencia que estoy viviendo, y aplicar tu sabiduría y conseguir un pasito más en mi desarrollo como ser humano. Me gustaría contarte cómo he llegado a tu página web «Portal de Conciencia», bueno pues estaba simplemente indagando en internet las cualidades de los seres humanos, y sin saber porqué, de entre todos los links que aparecieron elegí el que me abrió tu página web. Y veo aquí que la atracción de mis pensamientos me han dirigido a descubrirte. Tu recién hallada página web representa una gran fuente de inspiración y un tesoro lleno de conocimientos, ideas pensamientos que mi ser estaba ávidamente buscando encontrar en algún lugar. Gracias por tu esfuerzo en crear esta web para el beneficio y la ayuda de los demás.
Hola de nuevo María José. Este artículo sobre la paz nació de un modo inesperado. Tras unas semanas sin publicar nada, sentí el deseo de encontrar un tema sobre el que reflexionar un poco en «voz alta», y ese fue el origen del post que comentas. Mi propósito ha sido el de acercarme al tema de la paz desde una visión amplia y elevada, quizás al máximo nivel que en este momento de mi proceso soy capaz de alcanzar. Gracias por tus palabras, pues suponen un estímulo para seguir compartiendo lo mejor que hay en mí. Un cordial saludo. JUANJO
Hola Juanjo
Primero te quiero felicitar por tu trabajo realizado.
Hace unos mesas ya me topé con tu sitio, fue la página de “el acto de tomar conciencia”, solo pude ver el comienzo, me tenía que ir. Me parecía muy interesante y por ello me guardé la dirección, suelo hacer eso muy a menudo. Allí se quedó hasta hace unos días, ahora sí me tomé el tiempo y me he leído todos tus publicaciones! Aunque en algunos temas tengo un enfoque un poco diferente, todos me han inspirado a pensar y por ello me he animado a escribirte.
Para mi estás haciendo un trabajo magnífico, cualquiera puede inspirarse de tu trabajo, para crecer y con ello se mejorará este mundo, felicidades!
Un saludo, Holger
Holger, gracias por tus palabras. Pienso, al igual que tú, que nuestro enfoque y sentir sobre un tema es natural que sea diferente de una persona a otra. Y ello, más que separarnos, nos permite vislumbrar un mundo más rico y variado. Así como la variedad que ofrece la naturaleza enriquece al que la observa, la diversidad de ideas y matices colman nuestras almas, que siempre andan deseosas de alcanzar la plenitud. Un cordial saludo. JUANJO