Los seres humanos disponemos de todas las cualidades necesarias para afrontar cualquier acontecimiento que la vida nos presenta. En nuestro interior está la fuente de la que brotan de modo natural paz, seguridad, confianza, armonía, esperanza, fuerza interior… Es sólo ahí, en nuestro interior, donde se encuentran estas bellas y útiles cualidades. En ningún otro lugar podemos encontrarlas, ni tampoco hay nadie que nos las pueda proporcionar.
Del mismo modo que de una fuente fluye el agua, de nuestro interior surgen cada una de las cualidades que nos ayudan a dar la mejor respuesta a las situaciones que vivimos. La diferencia es que la fuente de agua ha de ser alimentada con esa misma agua para que no cese de manar, en tanto que nuestra fuente interna se nutre de nuestra autenticidad, honestidad e integridad.
Cuando somos íntegros, auténticos y honestos empiezan a suceder milagros en nuestra vida. El primero de todos, y el más importante, es que nos convertimos en nuestro mejor amigo. Sentimos que nos respetamos y amamos, y que nos gusta estar en nuestra propia compañía. Pero esto sólo es posible en la honestidad. No podemos confiar en una persona deshonesta, y menos aún si esa persona somos nosotros mismos. Leer mas