PREPARÁNDONOS PARA LA ACTIVACIÓN DE NUESTRA NATURALEZA DIVINA (4 de 4)

En los tres artículos anteriores hemos visto que los seres humanos afrontamos las situaciones que la vida nos presenta utilizando únicamente las capacidades de nuestra dimensión física al desconocer que somos mucho más que realidad material. En este artículo que cierra el conjunto vamos a ver cómo prepararnos para el momento de la activación de nuestra esencia divina.

Conocer la verdad, aunque solo sea a un nivel mínimo, tiene un enorme poder de progreso evolutivo. Un aspecto esencial de la verdad es “buscar en todo momento la unidad de la persona con su propósito de vida.Cuando uno sabe que el sentido de su vida es hacerse consciente de su naturaleza divina para crear en la tierra la gran comunidad humana, en él nace una fuerza poderosa que va creciendo continuamente.

Todo el potencial que necesitamos para desarrollar la conciencia de lo que somos surge del interior. El artículo que leemos, la conferencia que escuchamos o el libro que nos llega, no hacen más que activar algo que ya poseemos internamente. Es por ello que la frase del párrafo anterior tiene un efecto transformador muy elevado, tanto como fe tengamos en que esas palabras expresan la verdad.

Entre otras muchas, veamos algunas reflexiones más que pueden ayudarnos:

¿Todo lo creado tiene naturaleza divina?

Toda la humanidad procede de una misma fuente, la Conciencia Infinita, aunque cada uno vivimos un proceso particular para lograr que nuestra esencia divina se active. ¿Qué sentido tiene entonces juzgar o descalificar a otra persona por ser diferente, por su comportamiento o por cualquier otra razón?

Más aún, ¿es posible que el resto de la creación tenga igualmente naturaleza divina? ¿También aquello que nos parece que su existencia carece de propósito o que es de categoría inferior?

Amor y servicio

Los sabios y los maestros nos dicen que la Divinidad es amor. Aunque no conocemos muy bien qué es el amor, sí sabemos que lo más cercano a él es el servicio, es decir, ocuparnos e interesarnos por los demás y respetarlos. No hablamos aquí necesariamente de trabajos como ir a un centro de mayores o tareas similares. Algo más sencillo y cercano puede valernos, como cuando un amigo o un familiar necesita hablar de sus dificultades y problemas. Esa es una buena ocasión para escucharle desde el interior silenciando la mente.

¿Somos creadores?

Al participar de la naturaleza del Ser Supremo, los pensamientos, palabras y actos de un ser humano también tienen un efecto creador, tanto en su vida como en la de los otros. ¿Cómo utilizamos ese enorme potencial que poseemos?

La verdad

Al reflexionar en estos y otros temas y actuar en consecuencia, nos acercamos a la verdad, que es una de las cualidades esenciales de nuestra naturaleza divina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Juan José

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