EL PROXIMO SALTO EVOLUTIVO HUMANO

Al mismo tiempo que se resuelve la difícil situación en la que ahora se encuentra la humanidad, es momento de que nos preguntemos qué podemos hacer para que el futuro sea diferente. ¿Mantenemos los esquemas de convivencia habituales, que seguramente nos llevarán a repetir los mismos errores, o buscamos un camino nuevo?

Todo aquello que hasta ahora ha significado una fragmentación de la humanidad, primero en tribus, luego en poblados y pequeñas comunidades y después en naciones y bloques de naciones, no nos ha conducido a un mayor grado de unidad. Nuestros escasos niveles de comprensión y de conciencia en épocas más primitivas condicionaron esa etapa evolutiva humana, pero ahora es otro momento.

Todos los seres humanos tenemos una misma naturaleza; no hay una verdadera diferencia entre nosotros. Lo que uno vive, sus ilusiones, sus temores y sufrimientos, igualmente lo viven los demás. ¿Por qué nos comportamos a menudo de modo que parece que seamos enemigos?

Hay que buscar aquello que nos vincula y no lo que nos separa. Necesitamos encontrar puntos en común y confluencia de intereses, y también sentimientos profundos de unidad. La lengua que hablamos, la nación de origen, el ideal político o las creencias religiosas, ¿algo de esto es esencial? No, pues todo eso es cambiante.

Muchas de las personas que creen que nacemos un cierto número de veces en la tierra para un aprendizaje profundo, piensan que de una vida a otra pueden variar la raza, la lengua, el color de la piel, las creencias sobre el más allá, etc. Todo lo  que a menudo nos divide puede ser diferente de una vida a otra al no formar parte de nuestra esencia.

¿Qué nos une? Podemos ver lo que nos unifica a dos niveles: Uno básico, de tierra por así decir, y otro espiritual, del alma.

En el nivel básico nos une saber que nuestras necesidades y deseos son los mismos que los de los demás, y que nos va mucho mejor si colaboramos que cuando nos ponemos trabas. La inteligencia, atributo que en mayor o menor grado tenemos todos los seres humanos, nos ayuda a comprender que “unidos avanzamos”.

En este final de ciclo que ahora vivimos, un número significativo de seres humanos va a dar un salto de conciencia cuando despierten a la sabiduría que contienen en sus almas. Asimismo, también sería cierto decir que el salto lo da toda la humanidad, ya que el que no lo da ahora se verá impulsado, guiado, motivado por los que sí lo dan. Recordemos que en el nivel del alma ya somos una unidad puesto que compartimos una esencia común, idéntica y eterna, nuestra naturaleza divina.

Aunque con muchos rostros, muchas ideas y muchos sentires, todos somos uno.

 

 

 

 

 

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Juan José

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