A menudo nos cuesta decir no. Todos necesitamos afecto, respeto, aceptación y Amor, y creemos que diciendo sí, aunque por dentro queramos decir no, la otra persona nos va a proporcionar eso que precisamos. No es así. No podemos llamar afecto o Amor a algo que se nos da de una manera interesada. Todos sabemos que el auténtico Amor es sin condiciones. Lo que se nos entrega interesadamente es un sucedáneo, algo que no puede llevar el nombre de Amor.
Aunque en nuestra vida digamos mil veces sí para contentar a otros, si con cada uno de estos síes nosotros nos sentimos mal, el Amor no nos llegará, porque en verdad el único Amor que nos llena totalmente es el que cada uno sentimos hacia nosotros mismos. Cuando a mi alrededor tengo personas que me aman, si yo no me amo no podré sentir el Amor que ellos me envían. Su Amor no encontrará resonancia en mí y será repelido por el des-amor que yo siento hacia mí. En cambio si yo me amo, cualquier pequeño gesto, palabra o detalle de otra persona me llegará, y lo acogeré como algo valioso, bello y hermoso. Pero para eso primero necesito amarme.
¿Cuándo he de amarme? Cuando el otro me acepta y también cuando me rechaza; en los momentos en los que las cosas marchan bien, y en los que todo sale torcido; en las situaciones en las que me siento fuerte y me atrevo, y en las que me falta valor y cedo. Siempre. Y para amarme, muchas veces he de decir no a lo que el otro me pide. ¿Cuándo? Cada vez que así lo sienta en mi interior. Si en mi corazón siento que he de responder no y con la boca digo sí, me traiciono, no me amo, y por muchas razones que mentalmente me quiera dar para justificar mi sí, me sentiré infeliz.
El Amor que cada uno sentimos hacia nosotros mismos se puede incrementar. Para ese propósito hemos de recordar que una persona se ama cuando:
= Dice lo que siente y lo que piensa sin agredir a los demás, y sin sentirse agredida por la respuesta que recibe.
= Confía en si misma, al margen de que en ocasiones se equivoque.
= Es honesta al nivel máximo que le es posible.
Cumpliendo estas tres condiciones uno se ama cada día más. Para cumplirlas es imprescindible decir no en ocasiones. Cuando dices no porque así lo sientes, se incrementa tu Amor hacia ti mismo, y ese Amor es justamente el que te ayuda y te da fuerzas para decir no.
Amarnos a nosotros mismos y decir no cuando así lo sentimos en nuestro corazón, son dos aspectos del Amor.
¿Cómo aprendemos a decir no? Diciéndolo. Podemos comenzar practicando en situaciones sencillas, para adquirir confianza. Así iremos sintiendo una mayor seguridad y un mayor nivel de Amor hacia nosotros mismos, y pronto podremos pasar a decir no en todo momento y situación en la que lo sintamos. Es un proceso que se nutre a si mismo.
¿Y con respecto a la persona a la que se le dice no? ¿Hemos de sentirnos mal porque quede decepcionada o sienta que no atendemos su petición? El decirle no cuando así procede es un gesto de Amor hacia ella. Si le dijésemos un sí que no sentimos internamente, este sí sería falso por no contener Amor, pues Amor y Verdad son sinónimos.
El Amor es la esencia de la Creación, y la Verdad su manifestación.
La persona que demanda un sí de nosotros, además de recibir Amor en ese no con que le respondemos, recibe algo de gran valor práctico para su vida. Con nuestro no marcamos limites, y ella tiene entonces un referente que le muestra que sus relaciones con los demás han de darse en un plano de igualdad y respeto, no de subordinación y abuso. Este referente no lo tendrá si siempre, cuando lo sentimos y también cuando no lo sentimos, le decimos sí. No olvidemos que esa otra persona podremos ser nosotros en las ocasiones en las que alguien nos responda no. Nuestra Alma, en esos casos, agradecerá la respuesta honesta del otro.
Es importante, esencial, la manera en que decimos no. El tono de voz puede ser firme, especialmente en los casos en los que la otra persona insiste pretendiendo obtener un sí, pero firme no quiere decir ofensivo. Será en todas las ocasiones un no sereno y amoroso, cargado de respeto hacia la persona y su petición. Siempre entregando lo mejor de nosotros en ese no, sobretodo cuando el que lo recibe tiene mucho interés en obtener como respuesta un sí.
Ante una petición se nos pueden plantear dos opciones: responder con un sí que no sentimos, y que por lo tanto es falso, o con un no sincero y lleno de Verdad y Amor. ¿Qué elegiremos? Preguntemos a nuestro corazón, él sabe la respuesta.
También existe la comunidad del «si, pero…» Me encanta leerte y que me recuerdes todos los NO que tengo que superar, gracias 🙂
hola Juanjo gracias por esta explicacion tan sabia,siempre me a gustado ayudar a los demas,y me costaba decir no.pero con el tiempo comprendi que no me preocupaba de mi ni tenia tiempo porque se acostumbraron a cargarme de problemas que no eran mios. comprendi .que tenia que cojer mi tiempo,que me olvide de vivir mi vida.y que importante es quererse,cuidarse,sigo ayudando pero con equilibrio.cuesta decir no.pero no te queda otra.lo mas importante es nuestro ser.estar bien contigo mismo.un saludo a los dos.graciasssss.