SOLIDARIDAD Y COMPARTIR, BASES DE LA NUEVA SOCIEDAD (6 de 11)

En los artículos anteriores hemos hablado de la nueva sociedad y de los objetivos y cambios significativos conseguidos al compararla con la actual. Esos avances no se logran de modo inmediato, y es natural que tengamos que trabajar y esforzarnos durante un periodo de tiempo.

Es muy probable que los medios con los que contemos para crear esa convivencia no sean abundantes en los primeros momentos, y por esa razón tengamos que recurrir a dos atributos que habrán despertado en el ser humano: la capacidad de compartir y la solidaridad. En un principio serán los dos pilares en los que se base la construcción del nuevo modelo de vida.

Con toda seguridad esas dos cualidades están desarrolladas en alto grado en los que ya están comprometidos con el cambio. En nuestro nivel de conciencia se entiende la solidaridad como una ayuda que se presta de modo ocasional, por lo general en situaciones difíciles. Este, y otros conceptos, se hacen más amplios y sutiles en las personas tras su despertar.

Entonces la solidaridad ya no es algo que brota únicamente al ver a otros en dificultades, sino que ahora es una cualidad que está siempre dispuesta a manifestarse en toda ocasión. Unida a ella, de modo indisoluble, va la capacidad de compartir, una especie de altruismo que lleva al ser a buscar el bien de los demás sin pensar en sí mismo.

De estos dos pilares, la capacidad de compartir y la solidaridad, esenciales para la creación del siguiente ciclo de la coexistencia humana, nace un tercero, el sentimiento de unidad con todos los que colaboran para edificar un nuevo modo de convivencia. Esta unidad se irá acrecentando al trabajar en objetivos comunes

Al comprometerse en la creación de una nueva sociedad, la vida de la persona ya no gira a su alrededor, y los demás se convierten para ella en casi tan importantes como los que llama los míos, su familia y seres muy cercanos. Ahora ya tiene activada la capacidad de percibir que, desde el momento en el que cuenta con otros, en su interior surge la confianza de que alcanzarán la meta.

En la actualidad las personas que se incorporan a un proyecto aportan su capacidad y se implican en mayor o menor medida, mientras que aquellas que se comprometan en la creación de la futura sociedad contribuirán, además, con las virtudes de sabiduría y unidad ya manifiestas en su alma.

 

 

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Juan José

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