Los seres humanos tenemos tres áreas de relación en nuestra vida: con nosotros mismos, con los demás y con la propia Vida. Por medio de ellas vamos desarrollando nuestras cualidades y atributos.
Aunque normalmente no nos paramos a saborearlos y a sentirlos, todos nosotros hemos experimentado momentos especiales en los que hemos sentido una profunda alegría, gozo, gratitud, compasión, ternura…, Amor. Son situaciones que pasan fugazmente por nuestras vidas sin que ni siquiera seamos conscientes de ellas. ¿De qué situaciones se trata? Vamos a recordar algunas:
= Al contemplar la carita de un niño, tal vez nuestro hijo, nieto, sobrino… al abrazarlo, al ver su sonrisa natural, cuando nos coge uno de nuestros dedos con su diminuta manecita…
= Paseando solos por la naturaleza, en uno de esos momentos prodigiosos en que parece que el tiempo se detiene, que los pájaros cantan únicamente para nosotros, que el gran árbol que está delante nos habla…
= Cuando estando muy preocupados por algo, se ha acercado un amigo, nos ha tendido su mano y nos ha dicho: “Cuenta conmigo”. Sentimos como la angustia disminuye, al tiempo que en nuestro corazón surge un profundo sentimiento de gratitud…
= Puede que ese momento especial, tan mágico, lo hayamos vivido muchas veces en situaciones tan cotidianas como cuando miramos al abuelo o la abuela, o a nuestros padres ya muy mayores, y vemos sus caras llenas de arrugas tras una larga vida de esfuerzos, y pensamos el poco tiempo que aún van a estar con nosotros…
= Y también en cada una de las muchas ocasiones en que la Vida se nos presenta llena de profundidad, de fuerza, de belleza…, mostrándonos que dentro de nosotros hay algo hermoso, puro, de inmenso valor, como un tesoro. Algo que desearíamos sentir intensamente y siempre, pues nos haría muy felices. Algo que no sabemos lo que es y a lo que talvez llamamos Amor, algo que se manifiesta de esos mil modos que decíamos: como alegría, ternura, compasión, pureza, gratitud…
La plenitud a la que aspiramos ya la hemos experimentado muchas veces en esta vida. Fugazmente, sin ser muy conscientes, pero ya la hemos vivido. ¡Si pudiéramos mantenerla! Pero rápidamente, tras ese flash de plenitud, las circunstancias de nuestro día a día nos atrapan, y lo hacen hasta tal punto que borran de nuestro recuerdo eso tan hermoso y bello, eso tan auténtico que ha surgido de nuestro interior.
Leer mas